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La importancia de la estrategia y la táctica para un mediador
Muchos estudios avalan la importancia de la estrategia para poder llevar a cabo un plan de negocio óptimo. De la mano de esta va la táctica, imprescindible para poder desarrollarla. Pero, ¿cuál es la diferencia entre la estrategia y la táctica? El plan y la acciones, esa es la clave.

La estrategia que gana batallas

La estrategia es un concepto que viene del griego “estrategos”. Este término se utilizaba para designar a un alto mando del ejército. Uno de los libros más antiguos que trata la estrategia es “El arte de la guerra” de Sun Tzu en el que se explica la importancia que tiene hacer un plan para poder ganar combates y saltar obstáculos. A pesar de que aparente ser un libro que hable de guerras y violencia, es un libro que habla de planificación, anticipación y optimización de los recursos, es un libro que habla de estrategia y la importancia de trazar un plan para poder lograr un objetivo. Podemos definir como estrategia como el proceso de desarrollo e implementación de planes para alcanzar propósitos y objetivos concretos. En la estrategia se especifica el plan de acciones y la asignación de los recursos necesarios para conseguir dichos objetivos. Los componentes principales que debe tener una buena estrategia son:

1-    Metas u objetivos a alcanzar: corto, mediano y largo plazo.
2-    Diferenciación frente a los competidores
3-    Ventajas que tiene la empresa sobre los demás competidores.
4-    Optimizar recursos y habilidades para alcanzar los objetivos.

La estrategia en nuestra labor de mediación

El término estrategia puede parecer propio de grandes empresas, pero lo cierto es que es aplicable a cualquier escala de negocio. Establecer que segmentos de mercado son atractivos para nuestro negocio es pensamiento estratégico, la decisión de especializarnos, por ejemplo, transformarnos en especialistas en pensiones o seguros rurales, es pensamiento estratégico. Decidir invertir para crecer, o desarrollar un nuevo producto es parte de un plan estratégico. La planificación estratégica debería estar formalizada en cualquier iniciativa de negocio. No nos da garantías de éxito, pero establece un marco que nos sirve de guía para tomar decisiones cotidianas.

La llave inglesa de la caja de herramientas

Una de las herramientas más conocidas y que ayuda a elaborar el plan estratégico es el DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades). Es de las más conocidas formas de analizar los factores internos y externos de la empresa, haciendo un cuadro de situación que permite tomar desiciones más precisas. El DAFO nos permite reflexionar acerca del potencial que tiene una idea y anticipar problemas futuros. Ampliaremos próximamente la técnica del DAFO además de desvelar más herramientas de la caja. 

Evaluación permanente

Una vez establecida la estrategia se aconseja hacer una evaluación para comprobar la eficacia previamente con preguntas tan sencillas como: ¿resuelve esta estrategia mi problema?, ¿es factible? o los efectos que tiene, ¿los puedo asumir? De esta forma resolveremos los problemas concretos. 

Es cuestión de táctica  

La RAE contempla una definición concisa en cuanta a táctica: Método o sistema para ejecutar o conseguir algo. La táctica es un método para llevar a cabo el plan de acción establecido en la estrategia. Es importante establecerse metas a corto plazo y así disociar los resultados diarios de los resultados más a largo plazo. Para llevar a cabo una buena táctica hay que:

1-    Aterrizar la estrategia al día a día. 
2-    Hacer una buena planificación del plan de acción. 
3-    Usar herramientas de control para valorar los resultados a corto plazo.

El día a día del mediador es una de las formas más veraces de comprobar si las estrategias y el plan de acción establecido funcionan. 

Desmitificando la estrategia

1-    La estrategia esta en todo y se aplica día a día: Algo tan cotidiano como comer una manzana, conlleva establecer una estrategia: dónde dar el primer mordisco, cómo no mancharse o cual es el siguiente bocado que debo dar si quiero apoyar la manzana y que no se caiga. 

2-    La estrategia puede fallar: Al tratarse de una proyección de futuro, hay muchas variables, posiblemente exógenas, que quizá no se hayan calculado. Una estrategia ayuda a afinar cada vez más la siguiente. 

3-    La estrategia no es solo para los grandes: Para todos los tipos de empresas, ya sean grandes o pequeñas, autónomos o PYMES, se necesita una estrategia.

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