Ángel Luís Llorca, perito autónomo de seguros médicos (Toledo)
Fernando Navarro, perito de seguros médicos, director de Clínica Navarro (Valencia)
Dos formas de empezar
Aunque a ambos profesionales les apasiona su trabajo, aterrizaron en esta especialidad de manera totalmente fortuita e involuntaria y, a lo largo de los años, gracias a una buena formación y a la experiencia, han ido moldeando y asentándose en su especialidad. “Accedí a la profesión en el año 97 de una manera bastante casual y sin conocer muy bien cuáles iban a ser mis tareas”, cuenta Ángel Llorca. “Un gabinete médico precisaba un doctor para la provincia en la que vivo, me pidieron que trabajara para ellos y me uní al equipo. Posteriormente me formé en la Complutense, e hice un máster de dos años de duración”
Fernando Navarro lleva 22 años ejerciendo como perito médico.”Empecé asesorando a alguna compañía de seguros médicos. Más adelante, cuando no existía prácticamente lo que es la valoración del daño corporal, me llamaron algunos abogados para que les asistiera en los juicios, sobre todo en los temas de discapacidad y de lo social. Luego pasé también a tráfico y me saqué el título de valoración y el de perito médico de seguros por el APCAS. En la actualidad soy máster en medicina forense por la Universidad de Valencia. Y es que, si trabajas en esto, tienes que estar constantemente poniéndote al día”.
Una carrera con muchos caminos
Ángel Llorca, se dedica de manera autónoma y prácticamente en exclusiva a la valoración del daño corporal en la provincia de Toledo, una zona eminentemente rural. “Me considero muy consolidado en la profesión, llevo hecha la valoración de aproximadamente 700 personas. La formación que se adquiere en cualquier curso de valoración del daño siempre es interesante, pero la formación continua posterior es mucho más enriquecedora, sobre todo en base al intercambio de opiniones y conocimientos con otros compañeros que trabajan también en pericia médica. La mayoría de los reconocimientos los llevo a cabo en pueblos, y siempre hago las visitas a domicilio, o me desplazo al hospital si se encuentran ingresados, por ejemplo acudo a menudo a visitarlos al Hospital Nacional de Parapléjicos. Esta es mi especialidad, no hago tribunales.”
Muy distinta es la vida laboral de Fernando Navarro, que dirige una clínica de ciudad en Valencia, donde se proporciona asistencia a colectividades, además de realizar peritaciones médicas. “Hoy en día siempre es difícil montar cualquier negocio. Aquí a lo que más nos dedicamos es a la asistencia colectiva, es decir régimen especial de la seguridad social, mutualidades como Muface, Mujeju o Isfas, pero también llevamos a cabo dos tipos de peritaje médico: valoración de pólizas o pre pólizas, es decir comparar seguros de Vida, y asistencia a los tribunales en cualquier rama. También cubrimos seguro médico, un ramo que tiene todavía poca penetración en Valencia a pesar de ser una ciudad grande, pero que cada vez se está promoviendo más”.
Especialización
Aunque el corredor toledano está de acuerdo en que la suya es una profesión que exige especialización, matiza: “Cuando decimos especialización digo que sí, pero no me refiero a especialización médica. Para hacer pericia médica no es necesario tener una especialidad concreta. Pienso que el perito médico debe tener una formación específica pero no garantiza que su trabajo sea mejor el hecho de que éste tenga una especialidad médica, por ejemplo en traumatología. Digo esto porque el traumatólogo, por ejemplo, no trabaja nunca el nexo de causalidad, algo que el perito médico siempre debe hacer”.
Para Fernando Navarro, “un perito médico de seguros tiene que conocer el tema de la asistencia sanitaria en los seguros médicos. Lo que sí que es muy útil es que el perito haya estado y esté trabajando para las compañías porque así conoce su situación y forma de funcionar. Hay que conocer el mercado porque la peritación médica consiste en informar de forma práctica y sencilla la patología del paciente, con el fin de valorar si ha sido tratado correctamente, o bien evaluar su daño corporal como consecuencia de una patología o accidente”.
Independencia garantizada
La actividad de Ángel Díaz se concentra precisamente en las aseguradoras, aunque “a veces también perito para particulares frente a aseguradoras o frente al Instituto Nacional de la Seguridad Social en casos de incapacidad laboral. Con las aseguradoras mi relación es bastante buena y no tengo problema en trabajar bajo presión, entendiendo por presión que se necesita la información cuanto antes y adecuadamente valorada y depurada. Esto no me incomoda en absoluto. Lo que sí me incomodaría sería que la aseguradora me sugiriera lo que tengo que decir. Esa presión es la que no podría admitir de ninguna manera, mi independencia tiene que estar garantizada al 100 %”.
“A mí no se me ha cuestionado nunca la independencia”, asegura Fernando Navarro. “El perito médico no debe olvidar nunca que, ante todo, es médico y no puede ir ni a favor ni en contra de una compañía sino a favor de la verdad, porque de lo contrario cometería incluso un fallo deontológico grave”. El corredor valenciano tiene además algo que añadir a la relación con las aseguradoras. “Es muy importante que por parte de las compañías, que son las que nos proveen de clientes, se conozca qué tipo de instalaciones tenemos, qué tipo de profesionales somos y cómo se atiende a la gente. Creo que es bueno que desde la propia compañía se potencie no solo al médico asistente sino también al médico perito y también podrían utilizarnos mucho más a la hora de valorar criterios y prepólizas en cuanto a siniestros que puedan tener. Normalmente los peritos médicos sabemos valorar mejor si alguien ha intentado hacer un fraude y sería una forma imparcial de hacerlo”.
Buscando el reconocimiento social
El conocimiento, y reconocimiento, de la importancia de la pericia médica, se echa de menos también en el ciudadano de a pie. “Pienso que en general los mediadores nos conocen bien y saben valorar nuestro trabajo. Sin embargo, el lesionado, y la sociedad en general, desconoce esta profesión e incluso, y esto me gustaría destacarlo, la profesión médica desconoce cómo se realiza la pericia médica de manera que no es nada infrecuente que desconfíen de la independencia del perito”, destaca Ángel Llorca. “También es cierto”, añade, “que hay personas que están ejerciendo la pericia sin la formación adecuada, y por otra parte la profesión está en un momento de enorme incertidumbre ante los cambios legales que pueden afectar a nuestra actuación profesional”.
“En España hay pocos peritos médicos, ya que es un campo un poco complejo, requiere formación y ponerse al día y la propia gente se va excluyendo”, opina el perito valenciano. “Haría falta publicitar más sobre la profesión y lograr un mayor reconocimiento social que daría más prestigio desde las compañías de seguros frente al usuario porque a todos nos gusta una segunda opinión y una valoración. En muchas ocasiones se acude a un abogado o a un mediador porque no se nos conoce y a partir de ahí es cuando nos buscan, pero las compañías nos deberían valorar mucho más”.