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Seguros de caza, una puerta a otros mercados
Un ramo que deja muy poca prima aunque puede abrir mercado para otros seguros más suculentos. Estos dos corredores, consideran que es una afición a la baja, aunque, por lo general, los cazadores prefieren confiar su seguro a un mediador.



Alberto Mendivil,
Mendivil & Asociados. Zaragoza

Borja Carvajal.
Carvajal Ausejo Correduría de Seguros. Logroño






Montando el propio negocio






Si algo tienen en común estos dos corredores es su tenacidad para sacar adelante su profesión en el mundo de los seguros donde comenzaron a abrirse camino por los años 90. El abogado Alberto Mendivil, gestionó sus primeras pólizas en un despacho jurídico que había puesto en marcha con unos amigos. “Mas adelante me salió la oportunidad de dirigir una compañía de seguros en Tudela y me fui para allá. Estuve allí cuatro años y luego me vine a Zaragoza. En el año 95 monté una correduría personalizada, Alberto Mendivil, y en 2001 la convertí en S.L. siendo lo que es actualmente: Mendivil y Asociados”



Borja Carvajal empezó en 1994 como agente afecto junto con su padre. “Teníamos el despacho en casa. Como finalmente opté por esta profesión, seguí con los estudios y me saqué el título de corredor de seguros, así que pusimos en marcha la oficina que tenemos actualmente convertida en correduría y empezamos a trabajar con otras compañías y hasta el día de hoy, en que llevamos todo tipo de seguros”.

 







Responsabilidad civil







Entre los diferentes ramos que mueven estos corredores se encuentran los seguros de caza. Para el mediador de Zaragoza, “se trata de una póliza que fundamentalmente busca asegurar la responsabilidad civil del cazador frente a los daños que pudiera causar a terceros, incluidos entre estos también los perros. Es obligatorio para todos los cazadores ya que si no no pueden obtener la licencia de armas. Además, establece unas circunstancias que tienen que darse para que el seguro sea efectivo: básicamente que tenga lugar una cacería ya que se trata de un seguro de caza, no de armas. Si ocurre un accidente en otro lugar no queda cubierto por la póliza, tiene que ser dentro de un coto de caza y ejerciendo la actividad de la caza”.









“Es un riesgo sencillo que no requiere mucho conocimiento”, opina por su parte Borja Carvajal, “no te da mucho trabajo y tampoco te da dinero porque las primas son muy bajas. Salvo alguna excepción, la gente contrata solamente los seguros obligatorios. Cada provincia tiene sus propios capitales obligatorios a cubrir. Luego hay alguna cobertura más que se puede incluir como la pérdida de perros, la pérdida de la escopeta, pero la mayoría de la gente hace justo lo que le exigen”.









Asociaciones







Ambos corredores son de la opinión que, para lograr un buen negocio con estos seguros, el camino es meterse dentro de una asociación, coto o federación. Para Alberto Mendivil “gestionar únicamente una póliza lo hacemos casi por compromiso porque vale 15 o 20 euros y cuesta más el trabajo que lo que vale la prima. Normalmente se lo haces a aquellos que ya son clientes o a algún amigo, a no ser que entres dentro de una asociación de cazadores. Si logras unas 500 pólizas, entonces sí que es una buena operación”.








“Algunos corredores los contratan a través de asociaciones o de la federación”, coincide Borja Carvajal. “Es interesante también meterte en un coto porque, además de hacer muchos a la vez y de manera casi automática ya que todas las pólizas son similares, más adelante esta relación que tienes a través del seguro de caza te abre las puertas para otros tipos de seguros. Te sirve para abrir el mercado”.

 








Una afición a la baja






Lo que ambos mediadores tienen muy claro es que el ramo como tal tiene poco futuro. “La caza no es una afición que esté en boga”, señala Alberto Mendivil. “Primero por una cuestión ecológica, a la gente joven no le gusta matar animales, en el caso de la pesca todavía, pero tampoco creo que vaya a aumentar. Un perfil habitual de cliente es el alguien que ha heredado de su padre una escopeta y necesita una licencia de armas para que no le obliguen a darla de baja, por lo debe contratar el seguro de caza que le permita disponer de esa licencia de armas. Por lo demás, perdices hay pocas y lo que es la caza mayor parece que está reservada cada vez más a aristócratas y políticos”.








Para Borja Carvajal, “a pesar de la Rioja es una de las provincias donde existe más tradición, con muchos cotos y organizaciones, difícilmente se puede vivir de estos seguros. Eso sí, creo que es un ramo para los mediadores ya que, a pesar de que las pólizas son muy sencillas y no suele haber muchos siniestros, requiere de ciertos conocimientos sobre la normativa, existen algunas modalidades que incluyen también la pesca y siempre podemos aconsejar al cliente la mejor opción para sus características particulares”.












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