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Palencia – Málaga. Cosechando el campo del seguro agrario


Antes de escuchar a estos dos profesionales, un breve preámbulo para entender el funcionamiento del ramo. El seguro agrario en España está basado en la intervención conjunta de instituciones públicas y privadas, tiene carácter voluntario, se realiza a través de Agroseguro (Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados S.A.), bajo la fórmula de pool de coaseguro (actualmente 27 compañías forman parte del mismo) y cuenta con subvenciones estatales al productor para el pago de la prima. Además, los corredores que deseen dedicarse a este ramo deben darse de alta en Enesa, entidad dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que actúa como órgano de coordinación y enlace por parte de la Administración para el desarrollo de los Seguros Agrarios.

Juan Carlos Castrillo
Propietario de la Correduría de seguros Castrillo, Palencia
Manuel Cazorla
Director del Departamento de Seguro Agrario de Coragro, Málaga


Por cuenta propia o asalariado

Juan Carlos Castrillo lleva en el mundo de los seguros desde 1975, tras opositar para la  Mutualidad Palentina de Seguros donde estuvo trabajando hasta que se fusionó con la Mutua de Seguros de Aragón y se convirtió en Euromutua. “Como tenía ciertos conocimiento en temas de seguros agrarios, a raíz de esa fusión, en el año 95 me independicé y monté una pequeña correduría. Tuve que crear una asociación agraria para darme de alta como tomador de seguros en Enesa y poder contratar seguros agrarios”Manuel Cazorla accedió al mundo de los seguros por una vía totalmente distinta. Licenciado en Ciencias Ambientales, cuando acabó la carrera llevó a cabo un máster de construcción y urbanismo y, a continuación, realizó una beca de Innovación en la Junta de Andalucía. “Luego me hicieron una oferta en la Federación de Cooperativas Agrarias, donde pasé a Coragro, la correduría de seguros que tiene como clientes a la Federación de Cooperativas de Málaga, Asaja y al grupo Almensur. Entre todos los agentes vinculados con el mundo agrario se fundó la correduría para formación y asesoramiento a agricultores y ganaderos. Llevo unos 7 años trabajando exclusivamente en seguros agrarios, los primeros cinco como técnico de departamento. Ahora soy el director del departamento de Seguro Agrario”.

Intervención estatal


La principal peculiaridad del ramo es la obligatoriedad de la mediación de Agroseguro y la intervención del Ministerio de Agricultura en las distintas regulaciones que afectan a este seguro. “Hay que hacerlo todo a través de Agroseguro, porque es con quien todas las compañías contratan y participan tanto de sus beneficios como de sus pérdidas. Además, la normativa que acredita Agroseguro se publica en el Boletín Oficial del Estado”, explica Juan Carlos Castrillo.

Manuel Cazorla añade que “el Ministerio de Agricultura publica anualmente el Plan Anual de Seguros Agrarios que es un documento en el que se detallan las fechas de la garantía, los períodos de suscripción de los distintos seguros y los riesgos a asegurar. También participa en el seguro agrario el Consorcio como reasegurador del sistema. Y otra particularidad que tiene el seguro agrario es que las organizaciones agrarias se reúnen con el Ministerio y Agroseguro para transmitir la necesidad del sector, discutir las fechas límite y hacer proposiciones para mejorar los productos”. 

Otras particularidades

Para Juan Carlos Castrillo otra de las particularidades es que en este ramo es más efectivo actuar como colectivo. “Al incluir a unos cuantos agricultores se tienen más ventajas porque existen más descuentos. Prácticamente no hay ningún agricultor que solicite hacer el seguro por su cuenta porque pagaría más dinero que hacerlo a través de alguna cooperativa. Lo más aconsejable es contratarlo mediante un sindicato agrario o a través nuestro. Nuestra peculiaridad respecto a lo que hacen los sindicatos es que hacemos peritaciones contradictorias si no hubiera acuerdo entre los peritos de Agroseguro y el agricultor. Nosotros intervenimos, solicitamos peritaciones, en fin, hacemos la labor de corredores de seguros en ese aspecto”.

“Obviamente una característica que distingue a este ramo son nuestros clientes: el agricultor y ganadero, es decir nuestro nicho, que son las zonas rurales, los pueblos”, añade el corredor malagueño. “Otra particularidad diferente del seguro agrario es que está subvencionado ya que proporcionalmente son muy caros porque el campo no tiene techo y está totalmente a merced de las inclemencias meteorológicas. Para aliviar este coste tanto el Estado como las comunidades autónomas participan en la distribución del gasto”.

 

Modalidades según la producción

Los cultivos propios y las especiales condiciones meteorológicas de cada zona determinan los diferentes paquetes de seguros contratados por agricultores y ganaderos. “Hay seguros para cereales, para ganado, para cítricos, en definitiva hay muchísimas modalidades de seguros agrarios. Dependiendo de la zona en la que te muevas se contratan más o menos coberturas. Aquí básicamente lo que se contrata son cereales, leguminosas, pastos y seguros de ganado ovino, bovino y caprino”, señala Castrillo.

“Málaga está rodeada de montañas, sin embargo aquí existen muchos cultivos y todo el año tenemos período de suscripción abierto”, explica Manuel Cazorla. “Ahora por ejemplo tenemos cítricos y cereales, más adelante los ganaderos uno de pasto por si no llueve. Luego se contrata el seguro de herbáceos que te cubre cualquier riesgo, sea un pedrisco, un incendio, una falta de producción por sequía o una helada. También tenemos el del olivar que cubre cualquier tipo de inclemencia meteorológica. Más adelante se contrata el seguro de la uva de vinificación y de la uva pasa, posteriormente el de deforestación y luego el seguro de incendios del cereal en junio. Los que más se contratan ya no solo aquí sino a nivel nacional son el de cereal y el de frutales”.

Especialización y formación

Para ambos profesionales es evidente que este tipo de seguro siempre hay que contratarlo a través de un corredor especializado. “El hecho de contratar a través de un corredor de seguros te garantiza que estás tratando con alguien que va a defender tus intereses frente a los seguros o frente a las entidades aseguradoras. Nosotros siempre estudiamos todas las posibilidades de reclamar, de seguir adelante”, asegura el corredor palentino. “Además, un mediador dedicado a este tipo de seguro necesita una formación especial, al menos debe conocer los cultivos de la zona en la que trabaja”.


“El que se dedica a esto tiene que hacerlo en exclusiva y suele acaparar gran parte del mercado”, corrobora Manuel Cazorla. “Aquí en Málaga nosotros concentramos sobre el 60-70 % de la facturación, no existe un rosario de mediadores. Para contratar un seguro agrario, se precisa un conocimiento mayor que en cualquier otro ramo, más que sobre seguro también sobre peritaciones. En un siniestro grande, no en todos porque sería imposible, acompañamos al asegurado a llegar a un acuerdo. Por otro lado, es muy importante ser del ramo. Aquí tenemos peritos agrícolas, ingenieros agrónomos… todos tenemos algo de formación vinculada al sector”.

Un mercado por explotar

Para Juan Carlos Castrillo, “el seguro agrario es uno de los que puede tener mayor penetración en los próximos años. El agricultor ahora, aparte de la cosecha que recoge y de las subvenciones, con el seguro agrario tiene garantizado que va a recobrar los gastos. En el seguro de cereales, por ejemplo, hay varias formas de hacerlo pero hay una que garantiza sequía, el pedrisco y el incendio, que son los riesgos más abundantes, otro que garantiza solo sequía y otro que solo incendios. Nosotros aconsejamos a las cooperativas y a los agricultores a título personal, cuya única fuente de ingresos son los derivados de la agricultura, que contraten el seguro más amplio”.

“Es un sector que está muy vivo, de hecho ha cambiado muchísimo”, comenta Manuel Cazorla. “El seguro agrario empezó en el año 78, cuando la agricultura y la ganadería eran importantes para España, y desde entonces ha evolucionado muchísimo. Creo que ahora estamos en 700 -800 millones de euros a nivel nacional en primas, sobre un capital de unos 8.000 millones. Ahora se habla mucho de crisis pero la agricultura ya lleva en crisis muchísimos años y, en un momento complicado  y de intranquilidad, se está mirando de nuevo hacia la agricultura, están volviendo los trabajadores y se están volviendo a poner en marcha las fincas… Creo que la agricultura es sacrificada, pero sin embargo siempre está ahí. Entiendo que Agroseguro y el Ministerio tienen que cambiar cosas, hay que ser más flexible, pero creo que la agricultura y el seguro agrario van de la mano y tienen un futuro alentador”.

 

 

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