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Oriol Mayordomo. Socio Director de Cobertis Corredoria d’Assegurances
Ser joven corredor, ventajas e inconvenientes

Nuestro sector, el de los seguros, siempre, y hoy en día todavía, está marcado por un estigma de aburrido, de hombre casposo con una carpeta bajo el brazo, llamando a los timbres de los domicilios para cobrar el seguro de...  

Sí, ya sé lo que pensaréis ahora mismo, pero si se pregunta a la gente de la calle, seguramente no nos quedaríamos muy lejos de esta sensación.

Si volvemos al mundo real, nuestro día a día, en el que tenemos que interactuar con empresas, compañías, directores financieros, responsables de compras, ... evidentemente, nadie diría que encajamos con este estigma, y sobre todo, cuando vamos con una tablet bajo el brazo para cotizar directamente un D&O, sin la necesidad de rellenar los cuestionarios interminables que se acostumbraban a pasar por FAX (¿alguien lo utiliza todavía?) con la firma y el sello de la empresa.

Para encontrar un punto de equilibrio entre ambos extremos, los jóvenes corredores nos encontramos con varios inconvenientes, que bien conducidos pueden convertirse en ventajas competitivas: 

Experiencia. Se tiende a identificar a un corredor <40 años de edad, como un profesional sin experiencia por lo que, algunas veces, la puerta fría o templada, ¡se puede convertir en helada!  

Profesionalidad. A la falta de experiencia anterior se le suma el pensamiento de que estas dos características son directamente proporcionales, dando la sensación de que si no se rellena una solicitud en bolígrafo, se manda por fax y se confirma con una carta postal con sello franqueado, todo el asesoramiento no tiene valor.

Solvencia. Se tiende a especular que un negocio tradicional debe llevar en el mercado más de 50 años para que se le asigne esa capacidad de perdurar en el tiempo, y si en cambio, el joven mediador no llega a los 40, es imposible ‘ganarse’ ese respeto.

Pero, ¡claro! Suerte que las empresas de nuestro mercado se encuentran en situaciones similares a las nuestras y, a la vez, contamos con empresas familiares, como es mi caso, que llevamos en el sector más de 50 años (¡Toma!, punto conseguido, ¡ya puedo ir por el mundo con el pin de solvencia!), y si encima eres Socio Director de una correduría formada por 4 negocios familiares con años de experiencia i profesionalidad, todos los inconvenientes quedan en segundo plano.  

Lo cierto es que el día a día de un joven corredor, al menos del mío, es una motivación constante. Tengo (hablo en primera persona pero es una estrategia de nuestra correduría) la certeza que nuestro sector está evolucionando, adaptándose a los mercados cambiantes, y dando pasos agigantados hacia una economía en ebullición constante y competencia imparable.

Resumiendo, creo que tanto si eres un joven o no tan joven corredor, te encontrarás con ventajas e inconvenientes, y sólo, repito, sólo depende de ti, aprovechar cada situación para reivindicar tu Experiencia, Profesionalidad y Solvencia.


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