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María Torra, Gerente de Dracma Corredoria d’Assegurances
Vivir con entusiasmo es un deber y una necesidad

¿Por qué solo me llama la atención todo lo que habla del sentido positivo de la vida? Cansa oír aquello de que “vamos tirando” cuando encuentras a alguien, o “trabajando y que dure, porque con la que cae...”  siempre mirando el vaso medio vacío.  El vaso está totalmente lleno, la mitad de líquido y la otra de aire, pero está lleno. Es graciosa la teoría de que todos somos bombillas transmitiendo, algunas van encendidas y otras fundidas, algunas con mucho voltaje y otras son leds que no calientan y no gastan. 

Ha cambiado la forma de seleccionar a nuestros equipos. En un currículum consta quién es, qué estudios y experiencia tiene la persona que lo envía. Pero hasta que la entrevistemos no podremos saber cuáles son sus actitudes frente la vida, las dificultades, el esfuerzo, los demás... Los conocimientos y las habilidades suman, sí, y mucho, pero las actitudes multiplican. Así pues, cuando uno decae pierde la parte más importante de sí mismo, porque el resto está ahí, los estudios y la experiencia; pero si pierde el ánimo, pierde la fuerza, el ingenio, la ilusión y su propia credibilidad.

Victor Küppers, al que he escuchado en diversas ocasiones, ha dicho grandes verdades. Podemos ir por la vida como pollos sin cabeza que caminan sin saber dónde van, o podemos escoger y decidir a dónde ir. Podemos ser unos “merluzos” buscando siempre a un culpable, diciendo “es que”, “es que”, excusándonos ante las dificultades, o podemos actuar. Si en lugar de quejarnos tanto, pensáramos en cómo podríamos cambiar las circunstancias, otra cosa sería, porque luchar no garantiza el éxito, pero solo llorar garantiza el fracaso. El esfuerzo requerido es innegable. Las dificultades existen y tú escoges. Las circunstancias son las cartas que te han tocado en la baraja de la vida y que ya están repartidas, pero si juegas tú puedes ganar. Si crees ser alguien sin suerte hazte tres listas. En una, escribe tus problemas y separa los graves de los que no lo son. Verás que pocos te quedan. En la segunda escribe las 20 cosas que consideres más fantásticas en la vida y disfruta pensando en ellas y en la tercera escribe tus ilusiones y entonces arriésgate. Inténtalo; si ganas serás feliz y si pierdes serás más sabio. Entusiásmate por tus ilusiones y harás de tu vida una obra de arte. 
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