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Madrid – Gijón. Especialistas en comunidades, lucha por un pedazo del pastel asegurador


Un ramo goloso, que deja buenas comisiones y al que no dudan en apuntarse muchos administradores con pocos conocimientos aseguradores, los canales de venta directa y la banca seguros. Estos dos corredores, ambos también profesionales de las fincas, abogan por la formación y la colegiación como mediadores y por la total independencia para asegurar la defensa de los intereses de sus clientes.

Gustavo García Martínez
Administrador de fincas, abogado y mediador de seguros. Grupo Hervás. Madrid.
Félix Romero Osoro
Socio y director técnico de la correduría de Fincas Gijón. Gijón.


De la finca al seguro… y viceversa

Abogado de formación, Gustavo Martínez accedió a la administración de fincas a través de la empresa de su padre, y de ahí dio el salto al mundo del seguro. “Primero nos hicimos agentes exclusivos de una compañía y empezamos con nuestras fincas y las de los conocidos del barrio, pero fuimos creciendo en este ámbito y hace dos años me hice corredor. Ahora trabajamos ya con diversas aseguradoras y llevamos todos los ramos, aunque el grueso de nuestro negocio en la correduría son las comunidades y hogares, más o menos el 85 % de la cartera”.Por el contrario, Félix Romero, también abogado y consultor de servicios jurídicos durante más de 15 años, comenzó primero como corredor. “Siendo consejero de una empresa de seguros de Madrid, en el año 2006 hice la solicitud a la Dirección General de Seguros para abrir una sociedad aquí en Asturias. Este fue el inicio de la correduría de seguros, actividad que desarrollé de manera complementaria a la empresarial. Más adelante diversificamos la actividad y nos hicimos administradores de fincas. Y aquí las sinergias son impresionantes, tanto de servicios jurídicos a particulares y a comunidades, como de servicios aseguradores, como de servicios de gestión y administración de fincas”.

Exceso de siniestros o mucha picaresca


Para Gustavo García la principal característica del ramo es la gran cantidad de siniestros que se producen a diario. “Son pólizas muy golosas, que dejan mucha comisión, pero sin embargo los siniestros son muchos y muy continuados. Una comunidad te puede dar 40 siniestros por año y lo que se necesita es una correduría grande con bastante personal. Nosotros somos seis personas y llevamos unas 90 o 100 comunidades con una media de 4 siniestros al día, solo en comunidades, ramo donde además las tarificaciones son muy arduas y laboriosas de hacer. Además hay que vigilar porque los intentos de estafa a los seguros son continuos”.

“Es un ramo en el que se da mucho el fraude”, corrobora Félix Romero. “El trabajar con tantos particulares conlleva el que todo el mundo quiera imputar al seguro de comunidades defectos de mantenimiento o pérdidas o deterioro de piezas de sus pisos. Hay mucha picaresca, muchísima. Los peritos están todo el día haciendo periciales en los edificios de las comunidades. Unos imputan la responsabilidad a problemas estructurales y otros a los elementos privativos. Realmente cuando consigues una buena remuneración con el seguro te sale a cuenta, la pena es que muchas veces el trabajo que supone la gestión de esas pólizas no compensa”.

Agente exclusivo o corredor


La figura del agente exclusivo ha proliferado en el seguro de comunidades donde se da una sinergia entre compañías, especialmente las monoramo, y los administradores de fincas. “Efectivamente hay muchos agentes exclusivos administradores de fincas. Quizá sea más un ramo para ellos”, opina el corredor madrileño, “porque si eres agente exclusivo en un barrio es lógico que tus conocidos te den a ti sus seguros. Pero no se les puede llamar mediadores porque al final lo que se gestionan son su propia cartera de comunidades, no dan servicio a nada más, solo están tramitando y no tocan otro campo, cuando en el caso del mediador se trabaja también el siniestro. En muchos casos al final se quieren quitar el trabajo y nos acaban trayendo las pólizas a nosotros que, además, tenemos una formación específica y una titulación del CECAS que nos acredita como corredores”.

Félix Romero coincide con esta apreciación. “Creo que estos riesgos conllevan una especialidad en el profesional que realice la gestión de la mediación, primero por el conocimiento del producto y segundo por el conocimiento específico del riesgo asegurado. Ahora en nuestra profesión, desde los operadores de banca seguros que nos están asfixiando por todos lados hasta algunas compañías que sin tener agentes exclusivos están mediando los seguros a través de los administradores de fincas, la guerra y las pólizas mal hechas están a la orden del día: desde metros muy por debajo de los que corresponde asegurar, a infraseguros o pólizas con contenidos mal calculados solamente por conseguir una prima que entre dentro de un proyecto. Nosotros tenemos una formación específica, sin la cual nos sería imposible defender a nuestro cliente que al final es la comunidad de propietarios, mientras que para un agente administrador de fincas el cliente es la compañía que es quien le paga”.

Buena oferta de productos


Ambos corredores coinciden en destacar la completa gama de pólizas de comunidades que ofrecen las compañías. “Hay de todo”, destaca Gustavo García. “A mí me gusta trabajar con compañías monoramo porque tienen un producto específico y es buenísimo. Además, tienes acceso a toda la información y puedes hacer todos los trámites. Como no tienen oficinas propias cuidan mucho al corredor ya que dependen de él. Cuanto más genéricas son las aseguradoras peor es la atención”.

“Creo que en general todas las coberturas son bastante adecuadas”, comenta por su parte Félix Romero. “La oferta que hay ahora mismo en el mercado es muy correcta para los riesgos susceptibles de ser cubiertos o no por un seguro de comunidades. Además se van incorporando mejoras. No hay cobertura que no te incluya un desatasco gratuito al año, es decir se van adaptando a las necesidades que pide el mercado”.

 

Consecuencias indirectas de la crisis


Aunque para ambos corredores el ramo tiene futuro, indirectamente consideran que la crisis les ha afectado de manera negativa. “No se ha visto afectado el sector”, opina el madrileño, “pero se ha notado que las primas han bajado muchísimo. Antes a muchas compañías no les interesaba este ramo y daban unos precios absurdos, pero ahora se han dado cuenta de que las comunidades que tienen menos de 20 años son rentables y han reducido el precio hasta un 40 % para poder competir. La verdad es que hay mucho mercado, en torno a un 80 % de la población vive en comunidades de propietarios en España. Además, aunque no es un seguro obligatorio es algo que ya no se plantea, sería una temeridad”.

Félix Romero añade que “indirectamente nos ha afectado porque la crisis ha llevado a diversos operadores a trabajar el sector asegurador. Sobre todo nos perjudica la agresividad y la imposición de la banca, con tipos de interés cero y ventajas especiales a las comunidades por tener el seguro contratado con ellos, sin formación de producto, sin experiencia en la respuesta de un siniestro… Un competidor con el cual no se puede competir”.

 

 

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