Recientemente, de la mano de ICEA, asociación que representa al 95% de las primas del sector y que está destinada a la investigación cooperativa entre entidades aseguradoras, hemos presentado los principales resultados del estudio sobre la eficiencia del sector asegurador español. Un análisis que, como visión general, nos muestra cómo el cambio en el ciclo económico ha marcado un antes y un después en el sector asegurador en España ya que, desde el año 2007, cuando se marcaron máximos, el sector ha reducido su tamaño real en más de un 16%, registrándose también una consecuente y continuada reducción de la eficiencia.
Pero comencemos por el principio dejando bien definida qué es la eficiencia. De manera sencilla, ésta se describe como la capacidad de disponer de unos recursos con el fin de obtener con ellos un efecto determinado. A ello se añade su vertiente económica que supondría combinar esos recursos de la manera que supusiera un menor coste en el objetivo final de lograr la máxima satisfacción (utilidad) del consumidor. En ello está la clave del beneficio y, por extensión, la buena salud de un sector, como en este caso, el asegurador español.
El estudio de eficiencia se realiza desde una doble perspectiva: analizando las distintas actividades que se realizan en ámbitos normales de cualquier empresa como la dirección, los recursos humanos, las tecnologías o la Administración; y por los diferentes productos que se comercializan (Automóvil, Multirriesgos Industriales y de Comercio, Vida, etc.). Será de la relación entre el número de pólizas existentes y de los recursos dedicados para gestionar todas ellas lo que nos señalará, a nivel general, cuál es la eficiencia del sector.
En este sentido, comenzado por los ingresos, el año 2013 se cerró nuevamente con una reducción en los volúmenes de primas y una caída en la frecuencia de los siniestros para aquellos ramos vinculados a la actividad económica, lo cual se traslada a los asegurados en forma de reducción de la prima, lo que ha supuesto que los ratios de gastos a primas se deterioren de forma sensible. Del mismo modo, en cuanto al resultado de la cuenta técnica del negocio retenido de Vida y No Vida, éste ha sido del 10% en 2013 respecto del 11,2% de cierre de 2012. En definitiva, atendiendo al volumen de gastos en los que se incurre para gestionar un volumen de negocio determinado y hablando de gastos de gestión del negocio propiamente asegurador (gastos de adquisición, prestaciones y administración, etc.), prácticamente todos los ramos analizados han incrementado su ratio de gastos a primas en 2013.
Sin embargo, el estudio señala también que si todas las entidades tuvieran un ratio de gastos igual a la media de las consideradas máximo eficientes en este estudio, en 2013 el ahorro potencial supondría casi el 7% de las primas del negocio directo y aceptado de los ramos no vida, alrededor del 5% en primas recalculadas del negocio de vida riesgo y alrededor del 0,15% sobre provisiones técnicas de ahorro, lo que supondría elevar el beneficio antes de impuestos del sector en más de 2.000 millones de euros. En este sentido, tenemos aquí el camino a seguir.
Volviendo ya sobre la otra perspectiva, las distintas actividades implicadas en la eficiencia de la compañía como la dirección, los recursos humanos, las tecnologías o la administración, cabe destacar que todas las variables estudiadas, siguiendo la cadena de valor de Porter para el sector asegurador, mantienen su tendencia decreciente de los últimos años. Así, por ejemplo, si hablamos de productividad por empleado vemos que esta se ha reducido al ser superior la caída de las primas en 2013 a la caída del número de empleados del sector. Del mismo modo, los gastos de administración han crecido en 2013 en volumen y en ratio, tanto para el total negocio como para los negocios de Vida y No Vida. La pérdida de tamaño (entendido como un menor volumen de negocio) en términos reales del sector es la principal responsable de este efecto.
En definitiva, al tratarse de un sector con una estructura de costes muy caracterizada por los gastos fijos, la eficiencia se está reduciendo de forma continuada año tras año obligando a las entidades aseguradoras a ajustar sus costes y a flexibilizar estructuras pero, sobre todo, a realizar una gestión eficiente que le permita poder aumentar su ahorro. En este sentido, con este estudio pretendemos mostrar al sector cómo ser más eficiente y mejorar la salud de un sector a la baja en un momento todavía inestable económicamente.