Opinión

Opinión|
Daniel Salamanca Rivero, Presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Baleares
Mediadores de seguros en las islas.

Vivir en una isla es una excepción; si además de se trata del archipiélago Balear, con una geografía y clima tan extraordinarios, podemos afirmar que es una “magnífica excepción”.

 Pero, claro, también se ha contar con una serie de condicionamientos especiales que en otras poblaciones se producen con una menor intensidad.

 Vivir en las Islas Baleares exige, a cualquier profesional, disponer de una cultura y de unos servicios que en otros lugares no serán tan necesarios. Una urbe multicultural, con un gran abanico de idiomas y unas costumbres arraigadas, así como una población con una idiosincrasia distinta a la que pueda existir en otras localidades del continente, obligan al profesional a adaptar y perfeccionar sus conocimientos. 

 Los mediadores de seguros han de saber dar respuesta a estas exigencias. 

 Sabido y aceptado es que los hábitos, costumbres y necesidades de los clientes están cambiando a una velocidad vertiginosa, que obliga a una adaptación rápida de métodos, estrategias y servicios.

 La formación es la herramienta que mejor facilita la solución a estas necesidades. 

 En una sociedad donde el turismo, el transporte y la inversión extranjera tienen un enorme peso económico, donde las distancias con la península son más largas, complicadas y costosas, cobra una especial importancia el uso de las nuevas tecnologías. 

 Ya no es suficiente con que los mediadores pongan a disposición de los consumidores una página web, tampoco que las respuestas sean inmediatas. Ni siquiera que se disponga de un espacio físico donde poder ofrecer una atención personalizada. Hemos de conseguir que cada cliente sienta como suyo que nuestro asesoramiento es el que él merece y que lo ha encontrado en su mediador.

 Todos los mediadores de seguros profesionales de Baleares han de contar entre sus productos básicos con soluciones aseguradoras para riesgos que en otras zonas serán singulares y peculiares: Seguros de transportes, de alquiler vacacional, complejos hoteleros, segunda vivienda temporal, salud para no residentes… Estos son algunos de los que conviven con normalidad en sus carteras con otros más clásicos como Autos, Hogar, Vida, Comercio, etc. 

Pero el mediador balear –al igual que el de cualquier otra zona- ha de ser, ante todo, un empresario:

 - Un profesional que debe actualizar y potenciar su formación, la de sus empleados y auxiliares; un consultor que debe encontrar la póliza que mejor cubra las necesidades de su cliente –no los clientes que mejor encajen en las pólizas-, que reflexione sobre su relación con las compañías, que esté seguro de que utiliza todos los canales de distribución y comunicación de acuerdo con los medios de su empresa, que conozca su competencia, y que disponga de medios materiales y tecnológicos suficientes para conseguir ofrecer a los consumidores lo que quieren, como lo quieren y cuando lo quieren. 

- Un asesor que consiga que su cliente conozca los seguros que tiene contratados, que sea consciente de que son los adecuados a sus riesgos, que son suficientes a sus necesidades, que está obteniendo el mejor rendimiento a su inversión económica y, lo más importante,  que los ha contratado a través del profesional adecuado.
Artículos relacionados
Opinión|
Cojebro, 25 años de una organización con las puertas abiertas de par en par
Como muchos ya saben, a estas alturas, Cojebro surgió en el año 1993 en un viaje a Australia, organizado por […]
Opinión|
Christophe Cotille, director general de GDC Patrimonio
La profesionalización del asesoramiento financiero Desde su creación en mayo de 2016, GDC Patrimonio está creciendo exponencialmente con ventajas competitivas […]
Opinión|
Miguel Ángel López Trujillo y Konstantin Rabin, Kontomatik
Seguros frente a insurtech Miguel Ángel Trujillo es country manager Iberia de Kontomatik Konstatin Rabin es director de Marketing de […]