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Credibilidad, deontología y empatía, armas de los corredores veteranos


La crisis, la irrupción de la banca en el sector y los nuevos retos de la venta por Internet han revolucionado la trayectoria laboral de estos corredores veteranos que, a pesar de ello, confían en su honestidad profesional, en su conocimiento de los productos, del sector y del cliente, y en la pasión por su trabajo para sacar adelante el negocio. 

Jesús Serrano
Corredor autónomo en Burgos
Rafael Aguayo
Director técnico de la correduría Torrico Yllera de Madrid.


Lucha contra la crisis

Cada uno tiene, sin embargo, su propia estrategia de combate. Para Jesús Serrano, gato viejo con más de 35 años en la profesión, la clave está en fortalecerse como colectividad. Es vocal de la  junta de gobierno del Colegio de Mediadores de Burgos, formó parte del comité organizador del X Congreso de Agentes y Corredores de Burgos 2012, es corresponsal de la revista Aseguradores del Consejo General, vocal del CECAS y vocal de AEMES.  “ Así que estoy en el meollo de la mediación”, asegura.


Rafael Aguayo, colegiado de Madrid que empezó en la profesión en 2005, considera indispensable aportar nuevas ideas y diferentes puntos de vista que se fundan con el conocimiento de corredurías expertas como Torrico Yllera, constituida hace más de quince años. “Los momentos de crisis son muy propicios para forjar nuevos proyectos según la idiosincrasia de cada correduría”. Para Aguayo es muy productivo escuchar la opinión de todos los trabajadores. “Aquí hemos incorporado a gente joven y la mayoría de la plantilla está compuesta por sexo femenino. Cada uno aporta una visión diferente que luego debatimos como equipo”. 








                                                           Bancaseguros


Lo peor para ambos corredores es que a esta crisis coyuntural se le une otra estructural de más difícil solución. “No es normal la presión que están ejerciendo en los mediadores las cajas y bancos. Es asfixiante. Deberían cambiarse las leyes”, se lamenta el corredor burgalés. “Desde el Colegio de Burgos somos muy activos en la denuncia de abusos por parte de entidades financieras. Además, aproveché un encuentro parlamentario sobre el seguro en Madrid a mediados de febrero para comentar  la situación con los políticos”. 


Rafael Aguayo es de la misma opinión. “Creo que, más que competencia, se está jugando con una serie de ventajas y oportunismo que lo que hace es perjudicar al sector asegurador y por supuesto al receptor de nuestro producto, el cliente. No considero que sea una competencia leal”.





                                                 Internet, canal de venta









“Yo, que ya llevo tiempo en el negocio, me he ganado una credibilidad como corredor en la calle, por el boca a boca”, asegura por su parte Jesús Serrano, “y esa es una publicidad que, sin ser agresiva, es mucho más efectiva porque a través de una web no se comprende tan bien la necesidad del cliente ni se le puede motivar. Con el trato personal y directo le puedes entender mejor, descubrir lo que quiere y ofrecerle un asesoramiento individual  a medida”.


En cambio, la batalla contra la venta de seguros por Internet es mucho más equitativa.  “Nosotros hemos incorporado Internet, por supuesto, porque todos los caminos conducen a Roma, y hoy en día todas las comunicaciones deben pasar por ahí”, afirma el mediador madrileño. “Sin embargo, no debemos olvidar la parte humana y hay que tener en cuenta que todavía hay mucha gente que no ha entrado en este medio y se las está marginando un poco”.


                                  Deontología y pasión por la profesión



“Esta profesión la he mamado”, declara el entusiasta corredor burgalés. “A mí los clientes se me confiesan y yo les animo a que me lo cuenten todo, porque lógicamente me será más fácil ofrecerles lo que se adecúe a sus necesidades. Lo que más me gusta de este trabajo es la entrega que un profesional hace deontológicamente hacia el cliente,  ser honrado en mi profesión, ser objetivo y ponerme en la piel del cliente para entenderle y satisfacerle lo mejor posible”.


 
La deontología profesional es también una convicción para Rafael Aguayo, quien considera que “debemos obrar siempre con total honestidad. Creo que el contacto con las personas es muy beneficioso y a mí me  llena de satisfacción y me engrandece. Un cliente satisfecho siempre es un cliente agradecido y para el mediador esto es muy gratificante”.





 

 


 

 

Pero el arma más poderosa de Jesús Serrano y Rafael Aguayo es la pasión que sienten ambos por la mediación. 


 










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