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Carlos Gracia, Presidente de la Real Federación Española de Automovilismo y Vicepresidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA)
Así será la nueva ley de Seguridad Vial

La nueva Ley de Seguridad Vial, en la línea habitual de prevención de accidentes y con el objeto de garantizar la seguridad de las personas, ha incluido una serie de reformas que afectarán a varios puntos concretos de la norma.    

Podemos destacar las modificaciones que se pretenden aplicar en el Reglamento General de Circulación en relación a la velocidad de ciertas vías. Se pretende aumentar el límite de velocidad a 130 km/h en ciertos tramos de autopistas y autovías, y reducir los límites en carreteras convencionales y zonas urbanas. Independientemente de que las variaciones en los límites de velocidad satisfagan en mayor o menor media a unos y otros, hemos de tener presente que lo importante es adaptar las necesidades del tipo de vía a la circulación y así optimizar su uso y su seguridad.

Otros puntos importantes que se han tratado en esta nueva ley se enfocan también en colectivos especialmente sensibles a sufrir las consecuencias de accidentes y actitudes incívicas. Esta ley ha querido reforzar la protección de los niños y los ciclistas, exigiendo el máximo rigor en la instalación y empleo de sistemas de seguridad, así como una mejor regulación de la disposición de los menores en el vehículo y la obligatoriedad del casco para los ciclistas. Tenemos que destacar la mejora de estos sistemas y la corrección de ciertos hábitos, y confiar en que ello redunde significativamente en reducir los incidentes dentro de estos dos colectivos, que están más desprotegidos.    

Debemos ver el endurecimiento en otros aspectos tan destacados, y que afectan directamente a los ciudadanos, como las sanciones por consumo de alcohol y drogas y el empleo de detectores de radares, como un claro paso en la lucha contra estas actitudes y métodos que amenazan directa o indirectamente la seguridad y la circulación. Es importante atajar estos problemas que lastran la convivencia cívica y suponen un gran riesgo para todos. 

En general, estos aspectos principales y todos los demás puntos que la nueva ley modifica, no van sino encaminados hacia la mejora constante en materia de seguridad, dando medios a los ciudadanos para que depuren sus actitudes al volante y sean plenamente conscientes de que en un estado de convivencia en la carretera, lo principal es velar por nuestra propia seguridad y la de aquellos que nos rodean, respetando siempre las normas y haciendo un ejercicio de sentido común, que puede suponer muchas veces la diferencia entre sufrir o no un accidente. 
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