Una vez escuché al presidente de la mayor aseguradora de España referirse a esta circunstancia y recordar cómo un presidente estadounidense, al valorar el papel de los seguros en el desarrollo de una sociedad, esgrimió que eran indispensables para hacer obra civil en general y construir las carreteras por las que se transita o los rascacielos que entonces empezaban a florecer en el paisaje neoyorquino, aunque sean unas desconocidas para sus beneficiarios.
También recuerdo cuando, moderando un encuentro, escuché a un representante de la UCE bromear sobre esta “opacidad” que en demasiadas ocasiones eclipsa la labor del sector. Hay superhéroes y protagonistas de series de ficción que son empresarios, periodistas, médicos, abogados, policías, militares, deportistas, brokers de Bolsa o arqueólogos, “pero no recuerdo ninguno que sea mediador, corredor o perito de seguros”, ironizó.
A pesar de la labor de información y divulgación de algunas aseguradoras y protagonistas del sector, muchas de estas compañías y sus actividades continúan con la etiqueta de ser “grandes desconocidas”.
Lógicamente se ha avanzado mucho a la hora de construir puentes colgantes entre las torres de marfil que son, por una parte, la sociedad en general y, por la otra, el sector asegurador, pero aún queda mucho camino por recorrer.
¿No es cierto que cuando aparece el nombre de una aseguradora en una tertulia suele ser para referirse a un gran accidente por el que debe indemnizar o al impago de una cobertura o a las demoras que tiene cuando cumple sus obligaciones o, como mucho, si sus resultados han sido exageradamente malos o excepcionalmente buenos?
Los rotativos económicos y los medios especializados sí que prestan atención a otro tipo de informaciones de estas empresas o los trabajadores del sector. Desde luego las campañas de marketing sí salen en éstos y en el resto de la prensa, ¿pero no se debería ir más allá?
‘Vender’ mejor el Seguro
Como periodista reconozco que las noticias negativas suelen “venderse mejor” y tiene más éxito publicar sobre un escándalo o una reestructuración financiera que sobre las bondades de una actividad económica.
Sin embargo, también es muy “vendible” explicar cómo el sector Seguros en España ha capeado mejor que la banca la crisis, cómo ha incrementado las compras de deuda pública en los últimos años ayudando a la economía del país, cómo ha contribuido en la creación del banco malo, etc.; cómo cuenta con un referente mundial, el Consorcio de Compensación de Seguros, para responder a las catástrofes, o cómo existe un Registro de Seguros de Vida único en el mundo para que nadie se quede sin cóbralo.
Realidades como que no ha destruido puestos de trabajo durante la “tormenta económica perfecta”, sino que los han creado y juguetea con los 100.000 empleos, o que su existencia puede ser la “salvadora” del sistema de pensiones públicas, no se conocen entre la ciudadanía como se debería.
En el actual escenario político y social en el que partes de la sociedad satanizan la labor empresarial, especialmente la financiera, y que parece que todo lo que suena a privado y en busca de ganancias va en contra del bienestar de la sociedad (a pesar de ser todo lo contrario), es más que necesario que “todos” ayudemos a hacer que el mundo asegurador sea más transparente.
Cuando se reúnen grupos de conocidos de distintas sectores, un abogado suele contar un caso interesante en el que trabaja o del que sabe algo, un médico de una enfermedad rara o una situación complicada a la que se ha enfrentado, un periodista de cómo se ha difundido una noticia o diserta sobre el modo en el que se trabaja en su profesión. ¿Hace un mediador de seguros o un empleado de una aseguradora lo mismo?
Dar más valor al mediador
A más de uno en el sector le extrañaría las “lagunas” en educación financiera, y especialmente en seguros, de los contertulios con los que está hablando en una cena. La inmensa mayoría de la sociedad no conoce, por ejemplo, la diferencia entre un agente y un corredor, no sabe las coberturas que tienen las pólizas que ha contratado, no tiene ni idea de cómo funciona el reaseguro o cómo se indemniza en España tras un accidente de tráfico.
Es cierto que las actividades de las Fundaciones de las aseguradoras han “conectado” más con la sociedad, pero aún queda mucho por hacer para que el mundo asegurador sea más conocido y la población en general sea consciente de su papel protagonista en el desarrollo y consolidación del Estado de Bienestar, en el arranque de compañías y en que muchas ideas emprendedoras fructifiquen. Por no hablar de su esfuerzo para que la Seguridad Vial mejore y haya menos accidentes de tráfico o en detectar fraudes, que son parte de una economía sumergida que impide crear puestos de trabajo.
Está claro que si en la próxima reunión de amigos empiezas a hablar de los ‘test qis’ o de la concentración que vivirá el sector puede que no despiertes la atención de muchos, pero quizás te sorprenda cómo interesa “a tu público” si explicas cómo funciona el CCS en un terremoto o en una inundación, cómo se puede asegurar un teléfono, una mascota o una bicicleta, cómo se te notifica si eres beneficiario de algún seguro de Vida, cómo las aseguradoras calculan lo que cuesta contratar un seguro según las características del cliente o cómo la colaboración público-privada puede ser la solución al futuro de las pensiones públicas.
Prueba a hacerlo y, entre otras cosas, pondrás tu grano de arena en un camino de difusión en el que las compañías, los medios especializados y la prensa en general deberían de esforzarse, sin dar por hecho que la sociedad conoce en profundidad al sector.