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Albert Salvador, responsable del área de prevención de delitos y gestión del fraude del Grupo Paradell
La situación de fraude en el seguro, nuevos retos


 
La crisis y los apuros económicos que ésta conlleva, han provocado un aumento considerable de los casos de intento de fraude a las compañías de seguros, tanto externos como internos.



Por lo que respecta a los fraude externos, la picaresca de los asegurados, talleres, etc…. ha ingeniado todo tipo de situaciones para poder engañar a las compañías y obtener de este modo unas indemnizaciones superiores a las que corresponderían. Ante estas situaciones, tristemente repetidas, las aseguradoras han diseñado diversas estrategias para mitigar los posibles casos de fraude.



En cuanto al fraude interno, las compañías cada vez tienen más consciencia de los riesgos que puede supone una mala gestión de los mismos. En este sentido hay que destacar 2 nuevas normativas que han entrado en vigor en los últimos meses.



Por un lado, la modificación del Código Penal, que entró en vigor el 1 de julio de 2015, y que especifica que cuando el representante legal o persona autorizada para tomar decisiones en una empresa, o con facultades de organización y control, comete un delito en nombre de la empresa y en su beneficio, o lo hace un subordinado ante la falta de supervisión de los anteriores, la empresa también es responsable penalmente, con sanciones que pueden oscilar desde las multas hasta suspensión de actividades o disolución de la empresa. Por otro lado, el Parlamento Europeo y el Consejo aprobaron el 25 de noviembre de 2009 la Directiva de Solvencia 2009/138/CE. Solvencia II supone el cambio más significativo en el marco de gobierno de las entidades aseguradoras en la UE en los últimos 20 años.



En Grupo Paradell nos hemos planteado 2 grandes retos en el sector asegurador, fruto de unir las sinergias del área de prevención de delitos y gestión del fraude y el área de compañías de seguro, liderada por Mateo de la Fuente.



El primer reto es colaborar con las áreas de fraude externo, mediante servicios de consultoría y auditoria, con el fin de verificar la eficiencia de los mecanismos de control existentes, y generando propuestas de valor para la mitigación de riesgos y fraudes. Y el segundo, colaborar con los Compliance Officer y Auditoría Interna en la externalización de servicios, como pueden ser los canales de denuncias, auditorias de compliance, auditorías internas, investigación de fraudes internos y formación.



Sin duda, creemos que el Buen Gobierno y la mejora del control interno de las compañías redundarán en una mejor identificación de los riesgos y los focos de fraude, permitiendo a las compañías ser más eficaces. En este sentido, una buena praxis versus la gestión del fraude, tanto externo como interno, seria la creación de alertas y controles diseñados tanto para la prevención como para la detección del fraude, tanto externo como interno, así como un sistema integral que las aglutine y facilite su tratamiento.
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