“Actualmente, la abundancia de pequeños siniestros es tremenda y, sin embargo, los siniestros de intensidad han caído enormemente”
Con un currículum de más de 30 años en la peritación y tasación de seguros, especializado en incendios forestales, piscicultura y pérdida de beneficios, el ingeniero de montes Manuel Torres ha peritado siniestros en España, Portugal, Latinoamérica, África y Asia. Como miembro de la Comisión Delegada Ejecutiva y Consejero del Grupo RTS, donde dirige la División Agropecuario, piscícola, forestal y medioambiental, presidió la Asociación de Empresas de Servicios Periciales (AESPER) hasta su fusión con la Asociación de Peritos de Seguros y Comisarios de Averías (APCAS) el pasado mes de febrero, un acuerdo que permite al colectivo pericial tener ahora una voz única en los ámbitos nacional e internacional.
¿Qué papel ha jugado AESPER dentro del sector pericial?
Cuando se creó AESPER, hace aproximadamente unos diez años, España no estaba presente en los foros internacionales. La asociación nos permitió participar en FUEDI, la federación europea de peritos de seguros y, sobre todo, poder aprovechar sus sistemas de formación para emitir títulos en España. Además, una vez que AESPER se integra en la FUEDI inmediatamente APCAS se integra también, con lo cual se constituyó una plataforma española formada por ambas empresas, cuya presidencia ostenté, en la que trabajábamos de la mano para representar a España en la federación europea, una labor que, además de la emisión de títulos, ha servido para que el colectivo español tenga realmente el peso que merece en Europa.
¿Cuál fue la razón que les llevó a unificar las dos asociaciones?
AESPER era una asociación patronal, cuya presidencia ha ostentado siempre el Grupo RTS, mientras que APCAS es una asociación de peritos. En el momento en que APCAS decide desarrollar la división de empresas no parecía razonable dispersar esfuerzos ni recursos así que decidimos integrarlas y las compañías miembros de AESPER han pasado a integrarse en la división de empresas de APCAS. Esto supone unas sinergias importantes y sobre todo le otorga a APCAS la posibilidad de desarrollo internacional.
Funcionando juntos ¿tienen más fuerza también a nivel nacional?
Sin duda. Nuestro objetivo, como el de cualquier asociación empresarial, es el de tener un órgano de representación social frente a la Dirección General de Seguros, frente a UNESPA y frente a los colectivos de mediadores y corredores, y estar presentes en este mercado de una manera colectiva.
¿Cómo valora el resultado de estos primeros meses después de la fusión?
Muy positivamente. Francamente ambas asociaciones estamos muy contentos del trabajo en común que se está presentando, teniendo en cuenta que los intereses de las personas no necesariamente coinciden siempre en todos los aspectos con los del colectivo, pero se ha entendido que ambos puntos de vista constituyen un enriquecimiento recíproco y se está funcionando muy satisfactoriamente.
¿Cómo cree que ha evolucionado la profesión pericial tras sus más de 30 años en la misma?
Ha tenido un cambio radical, porque el modelo de mercado ha cambiado. Hace unos años, nos encontrábamos con un mercado disperso, donde la siniestralidad era muy alta, y la había de todos los tipos: de frecuencias, de intensidades y de tipo medio. Hoy, tenemos una siniestralidad más alta en riesgos sencillos y domésticos y de peor calidad, en el sentido de que se reclaman muchos más siniestros que, antes de la crisis, ni siquiera eran objeto de tramitación porque eran pequeñas cosas que la gente se arreglaba por sí misma. Y, sin embargo, los siniestros de intensidad han caído enormemente.
Todo ello ha generado la necesidad de adaptar el volumen de pequeños siniestros a procedimientos de peritación no tradicionales, más ágiles y, desde luego, más baratos. Los siniestros de intensidad, por el contrario, cada vez requieren una mayor especialización, equipos multidisciplinares –hoy ya no se puede hacer con peritos en solitario como antaño- y desde luego la incorporación de especialistas en los equipos de peritos que manejan los distintos casos.
Esta situación, ¿está en sintonía con lo que ocurre en Europa?
Sí, en Europa tenemos exactamente la misma situación de mercado que aquí. En Latinoamérica todavía se vive una situación como la que disfrutaba España hace unos años, pero imagino que en cuanto se ralentice el crecimiento de los países americanos, como ha sido ya el caso de Brasil, el mercado también se parecerá al europeo.
La legislación pericial, ¿es todavía una asignatura pendiente en España?
Creo que ya no. La Ley del Contrato del Seguro y la Disposición Adicional Tercera de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados recogían perfectamente las funciones del perito, su ámbito de actuación y la regulación del procedimiento pericial. Hemos tenido unos años, durante mandato del anterior director general de Seguridad, en que esta legislación ha peligrado. Los cambios que se anunciaban vaciaban de contenido la labor pericial y además atentaban contra los procedimientos establecidos que hasta ahora habían funcionado perfectamente. Ahora, con anteproyecto de la Ley del Código Mercantil, que integra esta ley y otras leyes, se vuelven a recoger de una manera u otra los criterios preexistentes, con la única salvedad de que se introduce la posibilidad de la mediación y que se fijan plazos para los nombramientos de peritos y de peritos terceros, que era una de las carencias que tenía la legislación anterior. Esperemos que ese anteproyecto de ley se apruebe en un plazo razonable.
¿Cómo debe ser la relación entre la peritación y la mediación?
Me parece esencial que haya un contacto estrecho, tal vez no tanto en el siniestro de frecuencia, aunque también en ese el mediador puede ayudar a agilizar la gestión y la colaboración. Creo que la liquidación cómoda, sin litigio, de un siniestro pasa siempre por advertir al mediador de los problemas que durante la peritación nos podemos encontrar. En RTS lo procuramos siempre. A veces puede ser que no conozcamos quién es el mediador del contrato porque no obra en la documentación que nos aportan, pero si lo conocemos procuramos trabajar codo con codo porque facilita mucho las cosas, evita sorpresas desagradables de última hora, y porque es el mediador quien puede convencer al asegurado de una determinada posición razonable.