“A una semana de finalizar la operación de verano, tenemos casi un 10 % más de fallecidos que el pasado mes de agosto”
Admirables la fortaleza y la tenacidad de este hombre que a los 21 años ya había sido víctima de dos graves accidentes. En el primero de ellos, cuando tenía solo seis años, falleció su madre; el segundo, a los 21, le condenó de por vida a depender de una silla de ruedas. En 1983, junto a un grupo de personas en su misma situación, fundó la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes, DIA, con el objetivo de informar, asesorar y explicar los derechos de los damnificados.
¿Por qué motivo os decidisteis a crear esta asociación?
Porque creemos que es fundamental dar apoyo a las víctimas de accidentes y a sus familias ya que se encuentran en una situación realmente complicada y hay muy pocos recursos públicos especializados para prestar ese tipo de atención. Nosotros, como junta directiva, carecíamos de conocimientos y lo que hicimos fue buscar profesionales: trabajadores sociales, psicólogos y terapeutas, para prestar todo ese apoyo a las víctimas y a sus familias de tal manera que esta fase del accidente sea lo más breve y menos dolorosa posible.
¿Cómo ha evolucionado la asociación durante este tiempo?
Al cabo de un par de años de haber empezado a trabajar, nos dimos cuenta también de que las víctimas de accidentes podíamos ayudar mucho a la seguridad vial y a la prevención de accidentes. Aportando nuestra vivencia a los contenidos técnicos podíamos reforzar mucho el mensaje y dar mayor credibilidad a la importancia que tiene la prevención, porque detrás de un accidente no solo hay chapa y pintura sino que el verdadero problema son los dramas humanos que se desencadenan, el miedo y los trastornos de tipo social, laboral o familiar. Así pues, empezamos a trabajar en la concienciación de la seguridad vial. Nuestras dos líneas de trabajo son en primer lugar la prevención y en segundo lugar la labor con las víctimas, sus familias, las propias empresas y con todo el entorno para que los afectados sufran lo menos posible.
¿Qué proyectos estáis llevando a cabo en estos momentos?
Estamos profundizando nuestra colaboración con empresas, instituciones y grupos organizados de personas, porque te permiten llegar a la gente de una manera mucho más directa, disponer de un aula o tener un correo electrónico al que transmitir mensajes de seguridad vial. Así podemos organizar acciones para un público mucho más localizado, y por otro lado las empresas nos pueden facilitar mucho mejor el acceso a la gente que ha tenido accidentes, por ejemplo en el caso de los accidente in itinere, los que ocurren cuando alguien está trabajando.
¿En qué punto nos encontramos respecto a la siniestralidad en España?
Creo que en estos momentos se ha frenado la tendencia positiva. Los últimos meses los vemos con una cierta preocupación ya que hemos constatado que se ha producido un pequeño repunte, o por lo menos una estabilización, respecto al año anterior. También es cierto que debemos analizar en profundidad qué es lo que ha sucedido y a partir de ahí actuar. Como asociación no podemos tomar decisiones, por lo tanto debemos asegurar que desde los organismos competentes se tomen medidas y al mismo tiempo debemos intentar dinamizar de nuevo y hacer que vaya calando en los conductores la necesidad de mantener unas conductas prudentes al volante.
¿Se ha bajado un poco la guardia?
Nuestra opinión es que sí. Hay que seguir manteniendo el mensaje. Por parte de las instituciones públicas se deben seguir tomando medidas que al mismo tiempo generen noticia y debate entre los medios de comunicación, que hacen que no se le olvide a la gente que la seguridad vial sigue estando ahí. Tampoco hay que echar la carga siempre sobre los mismos, los conductores, también la administración tiene sus obligaciones. Por ejemplo hoy en día se puede llevar la moto de 125 sin que se haya demostrado una formación al volante de este tipo de vehículos. Por lo tanto pensamos que todavía hay que mejorar ciertas cosas, entre ellas las carreteras, por supuesto.
A falta de cifras definitivas y pendientes todavía de la operación regreso ¿Cuál es su valoración sobre los siniestros este verano? La verdad es que estamos un poco preocupados. Tal como estamos ahora mismo, a una semana de finalizar la operación de verano, tenemos casi un 10 % más de fallecidos que el pasado mes de agosto y a nivel anual un 4 % más que el año anterior. Pensamos que aquí el Ministerio del Interior no lo está haciendo bien y debería tomar medidas porque realmente no podemos esperar que las cifras se nos disparen para saber qué es lo que está pasando y, que nosotros sepamos, no se está tomando ninguna medida para revertir esa situación.
¿En qué nivel está la formación en las escuelas de nuestro país?
Pensamos que en la escuela debería hacerse muchísimo más porque la gran mayoría de nuestros jóvenes van a ser conductores o van a participar de la movilidad, aunque sea como peatones. Dentro de unos contenidos transversales habría que educar en los valores de la seguridad vial porque al fin y al cabo hoy la sociedad no se entiende sin la movilidad, sea a pie, en transporte público, en bicicleta, moto o en coche. Por lo tanto hay que introducir estas cuestiones en escuelas e institutos desde la más temprana edad, son valores que deben inculcarse, sobre todo porque estamos hablando del respeto a la vida de los demás.
¿Y en las autoescuelas?
En cuanto a la autoescuela y a la obtención del permiso, pensamos que esto tiene que mejorar muchísimo. No se trata solo de aprobar, sino de aprender a circular y a convivir en las carreteras y en las vías, porque de poco nos sirve conocer todas las señales si al mismo tiempo no hemos aprendido que estamos con más gente y que nuestra actitud a veces puede causar daño a los demás y a nosotros mismos, por lo tanto hay que dar un plus a este tipo de contenidos.
El pasado mes de mayo entró en vigor la nueva ley de tráfico. Desde el punto de vista de la seguridad vial, ¿responde a las expectativas de la asociación o considera que hay aspectos mejorables?
Creo que todo es mejorable. Se aumentan las sanciones en el tema del alcohol y de las drogas, pero nosotros pensamos que es totalmente incompatible. Quizá se puede dejar un pequeño margen, pero no debemos permitir que se conduzca habiendo consumido estupefacientes o alcohol. Por lo tanto, pensamos que se ha perdido una gran oportunidad para sentenciar que en la conducción o en cualquier acción que comporte un riesgo el alcohol es contraproducente y modifica nuestra visión de la realidad. Era un buen momento para haberlo prohibido. Además, pensamos que era totalmente innecesario el incremento de la velocidad a 130 km/hora en autopista. Por lo demás en líneas generales estamos conformes con la ley.
¿Conoce el borrador del nuevo baremo de autos que establece las indemnizaciones de las aseguradoras? ¿Cuál es su opinión?
Aquí sí que tenemos cosas muy importantes que decir. Estamos analizando los datos del borrador y pensamos que hay mejoras muy importantes para las víctimas que se deben matizar. Pero venimos de un baremo que no era bueno para las víctimas y aunque desde luego el borrador presenta avances, no son todos los que se podían haber hecho. Sin embargo, también es cierto que hay que buscar un cierto equilibrio entre todos los intereses en este tema, por lo tanto todavía tenemos que acabar de analizarlo.
¿Cómo valora la participación de las aseguradoras en temas de prevención y formación en seguridad vial?
Consideramos que la reducción de la siniestralidad va a favor de su propio negocio. Si se reduce la siniestralidad se nota directamente en la cuenta de resultados. Pensamos que lo tienen claro, que hacen algunas cosas, pero también creemos que podrían hacer más. Deberían profundizar en esta labor con las asociaciones de víctimas porque deberíamos ir de la mano en la cuestión de los accidentes. Nosotros no queremos que nadie tenga que pasar por lo que hemos pasado nosotros y las aseguradoras tienen interés en reducir la siniestralidad, primero por el propio factor humano de evitar sufrimientos pero también porque va directamente ligado a su negocio. Por otra parte pensamos también que las aseguradoras se deberían implicar más en una gestión de siniestros mucho más cercana a la víctima desde el punto de vista humano que mejoraría la visión que la sociedad tiene de ellas.