“Hoy el perito tiene que cambiar para que todo siga igual”
Se define a sí mismo como un tipo bastante corriente, familiar, deportista y lector, aficiones que ahora ha dejado algo aparcadas para dedicarse de lleno a la profesión de perito, por un lado dirigiendo su propio negocio, y por otro presidiendo, desde hace un año, la Asociación de Peritos de Seguros y Comisarios de Averías (APCAS). “Hacer cosas con los demás que tu solo no puedes hacer es la principal razón de ser de APCAS”, afirma el presidente de esta entidad avalada por medio siglo de existencia. Formación, soporte tecnológico y difusión de la actividad pericial son sus armas para recuperar unos valores originarios de la profesión frente a la competencia de nuevas soluciones aceptadas por el mercado.
¿Perito por tradición familiar?
Sí, soy hijo de un perito de seguros, empecé a trabajar con mi padre a principios de los 90, cuando todavía estaba terminando de estudiar, y llevo toda mi vida profesional dedicada a la peritación. Tengo una empresa propia con dos hermanos y nos dedicamos a esto desde siempre, lo hemos vivido en casa y es una profesión que siempre ha estado ahí. Es curioso, pero parece que la carrera de perito se transfiere bien en las comidas de los domingos. Muchos asociados nuestros son hijos de peritos.
¿Desde cuándo está vinculado a APCAS?
Tras llevar varios años trabajando como perito de ramos diversos años, entré en la asociación donde empecé a colaborar en distintos ámbitos, ocupando la presidencia de la sede autonómica de Madrid primero y, desde el año pasado, la presidencia nacional.
¿Cuál es el cometido de la asociación?
APCAS es una entidad que aglutina profesionales -no empresas- dedicados a la peritación en todo el ámbito asegurador y por lo tanto es transversal: contamos con peritos médicos, agrarios, arquitectos técnicos, ingenieros industriales… Tenemos una estructura que abarca todo el territorio nacional, con unos 2.600 asociados, y nuestro objetivo fundamental es facilitar la práctica de la profesión, hacer más competitivos a nuestros asociados y dotarles de herramientas y medios para que puedan ejercer mejor. En resumen, hacer cosas con los demás que tú solo no puedes hacer es la principal razón de ser de APCAS.
¿En qué actividades se concreta esta labor?
En este momento tenemos varias líneas de actividad en marcha. En primer lugar un claro componente formativo, a través del CEAP, el centro de formación. Nuestra actividad profesional tiene un perfil eminentemente técnico y tenemos que estar formándonos continuamente sobre nuevas técnicas, nuevos materiales y nuevos sistemas. Nos dedicamos tanto a la formación continua o reciclaje como al acceso a la profesión. Así, tenemos convenios con otras instituciones como el Centro de Zaragoza, Inese, Universidad de Barcelona, la Escuela de Ingenieros Técnicos e Industriales de Madrid, Icea o la Fundación Auditorium del Colegio de Mediadores de Barcelona, con los que colaboramos en cursos y certificaciones para el acceso a la profesión. Por otro lado, llevamos a cabo acciones de comunicación con nuestros propios medios y con los del mercado, tenemos un proyecto de certificación profesional que acabamos de poner en marcha y estamos desarrollando una herramienta de gestión pericial y de gestión de siniestros que en pocos días empezaremos a comercializar y que también es una parte muy importante de nuestra actividad.
¿Cómo ha evolucionado su profesión en los últimos años?
Ha evolucionado en paralelo al duro tránsito que han sufrido casi todas las profesiones liberales. Si miramos desde lejos y me comparo con mi padre, la generación anterior, el status quo de los profesionales liberales ha cambiado bastante y es menos confortable de lo que era en su momento, con unos mercados más competitivos. En problema específico nuestro es que hace años el perito era indispensable para la resolución de un siniestro y hoy en día tenemos que competir con otras soluciones que, si bien es cierto que no completan todas las prestaciones que nosotros ofrecemos, el mercado las reconoce como útiles y posibles. Aún así, yo creo que tenemos un excelente futuro por delante si sabemos evolucionar con los cambios que se van produciendo en el mercado y adaptar nuestros valores a la nueva situación. Hoy el perito tiene que cambiar para que todo siga igual.
¿Cuál debe ser este nuevo enfoque?
Debemos focalizarnos más en el ámbito de la certificación de calidad, en entender que el coste no es nuestra principal actividad y que el cliente debe ser el centro de atención. De hecho, nos pasa lo mismo que a todo el mundo. Si hablas con un mediador te dirá que tiene que competir con la banca, con los comparadores, con la venta a distancia… pues en nuestro caso ahora hay otras solucione.s ¿Qué se van a imponer o nos van a hacer desaparecer? Yo creo que no. Lo que pasará es que habrá espacio para todos y ahí estaremos, observando, aprendiendo, marcando líneas de mejora y luchando también por imponer nuestras ventajas y nuestros propios valores, que son muy buenos.
¿Qué imagen tiene el consumidor del perito?
En general bastante más negativa de la que realmente es y nosotros como profesionales somos responsables de ello. El perito ancestral, el que nace de la Ley del Contrato del Seguro, tiene un componente auditor y de garantía del procedimiento de liquidación de siniestros que hemos perdido, hemos renunciado u olvidado en aras de esta locura en la que vivimos, de reducción de costes, de velocidad… Pues tenemos que retomar esto porque, al final, que un perito independiente esté presente y canalice, justifique y lleve a cabo un proceso de liquidación de siniestros no deja de ser una garantía para las partes y especialmente para asegurado. Nuestro trabajo es hacer más eficiente el proceso, llevarlo con más rigor y con una componente auditora que busca la confianza y la transparencia en cada uno de los aspectos en los que un profesional interviene.
¿Cómo es actualmente la relación con el mediador, tradicionalmente no muy buena?
Eso sí que ha cambiado y la relación ha mejorado mucho, sobre todo gracias a una mayor profesionalización de ambas partes y porque nos conocemos mejor y entendemos mejor el trabajo del otro de manera solidaria y empática. Ahora ambos nos consideramos parte del mismo negocio y, por lo tanto, estamos mucho más integrados dentro del proceso asegurador. Y, naturalmente que hay que seguir profundizando en la relación. Un buen ejemplo de esta voluntad es que muchos mediadores acuden a nuestros cursos y esto hace que conozcan mejor la utilidad de nuestra actividad. En este sentido, me enorgullece decir yo fui pionero en firmar un convenio con un colegio de mediadores cuando era presidente de la sede de Madrid.
Y ya para terminar, ¿cómo ve a las compañías?
El cuerpo de compañías en España es muy profesional y ha mejorado muchísimo en los últimos tiempos. Llevo 25 años de profesión y la mejora ha sido exponencial. Ahora son más transparentes, competitivas y con un alto grado de profesionalidad. Esto no quiere decir que haya muchas cosas que hacer todavía, siempre hay que pensar en la mejora continua porque siempre existen nuevos desafíos.