“Los tres temas que más interesan a las personas mayores son la salud, la autonomía financiera y las relaciones afectivas”
Una vida profesional centrada en la industria farmacéutica, en la que ha estado a la cabeza de firmas tan prestigiosas como Smith Kline & Beecham, Ferrer Internacional, el Instituto Farmacéutico Cantabria y Laboratorios Indas, compaginada con una frenética labor social, convertían a Eduardo Rodríguez Rovira en un excelente candidato para presidir la Fundación Edad&Vida, cargo al que accedió a finales de 2013 en sustitución de Higinio Raventós. Gran conocedor y analista de las necesidades de las personas mayores, habla sin tapujos de las amenazas que el cambio demográfico supondrá para el envejecimiento del mañana y propone soluciones sensatas y valientes para afrontarlas.
Háblenos primer de esa intensa labor social paralela a su vida profesional.
Empecé hace ya varios años. He dirigido la fundación de la Real Academia de Farmacia y he sido presidente de CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores). Además, como soy de Santander y ejerzo de cántabro, fundé la Casa de Cantabria en Madrid y la Federación de Casas Regionales en Madrid, de las que ahora soy presidente de honor.
¿Cómo comienza su vinculación a Edad&Vida?
Al ser una fundación con gran interés en el envejecimiento de la población y en el cambio demográfico, y al ser yo empresario por un lado y por otro haber sido presidente de una confederación de mayores, digamos que encajaba perfectamente en los objetivos de la fundación. El primer contacto lo tuve siendo presidente de Indas, una de las empresas patronas, pero cuando me ofrecieron la presidencia estaba a punto de dejar la compañía y entonces se creó el consejo asesor del cual fui presidente y, como tal, pude acceder y continuar en el cargo.
¿Cómo valora la labor de la fundación?
Me siento perfectamente compenetrado con la labor de Edad&Vida y considero que es un referente de mucho prestigio en el campo del envejecimiento. Precisamente hace poco que celebramos la reunión anual de la fundación y acudió una importante cantidad de autoridades y representantes de las principales empresas y entidades del país: secretarios de estado, directores generales, consejeros de comunidades autónomas, etc. Esto significa que tiene un prestigio en el sector de la investigación sobre el envejecimiento. Un prestigio basado en los estudios que se llevan a cabo; en los premios que convocamos y a los que se presentan importantes universidades; y en nuestro congreso, que se celebra cada dos años y que tendrá lugar el próximo mes de marzo en Madrid, que cuenta siempre con destacados expertos nacionales e internacionales.
¿Qué objetivos se ha marcado como presidente?
En primer lugar consolidar este prestigio. Me siento muy satisfecho porque ahora entrará en funcionamiento el fondo documental que creo que va a ser de gran importancia para expertos y para todo aquel que quiera conocer qué pasa en el mundo del envejecimiento y del cambio demográfico. Trataremos de que se mantenga al más alto nivel y de que la gente lo tenga como espacio de referencia para conocer lo que pasa en el sector, incluyendo todos los trabajos nacionales e internacionales que se publican sobre el tema.
Pero, a pesar de ese papel de referente en el sector, seguramente no somos muy conocidos a nivel del público en general, así que este es otro de los objetivos que me he impuesto, comunicar lo bueno que hacemos. Y, ya que la persona es nuestro centro de atención, comunicarlo a las personas, salir un poco del mundillo y mostrar al gran público las acciones que hacemos sobre salud, dependencia, pensiones, etc.
¿Cuál es la principal problemática actual y futura que afecta a la población de mayores?
Siempre que se hacen encuestas a las personas mayores hay una cosa que queda clarísima y es que los tres temas que más les interesan son la salud, la autonomía financiera y las relaciones afectivas. Y estas tres cuestiones que preocupan ahora, en el futuro experimentarán algunos cambios.
Comencemos, pues, por la salud.
Si cada vez la gente vive más (la esperanza media de vida es de 85 años en mujeres y 80 en hombres) habrá más enfermedades crónicas que generarán dependencia. Y, entre curar y cuidar, lo que liga ambas cosas es lo que nosotros llamamos el espacio sociosanitario, que creemos que es una cosa importantísima que hay que solventar. La colaboración sociosanitaria resolvería muchos problemas, incluso de la salud. En los hospitales hay muchas camas ocupadas por personas que podrían estar igual o incluso mejor tratados en residencias o centros de rehabilitación, que son mucho más baratos.
Aquí es fundamental el papel del sector privado.
Evidentemente. El 70 % del movimiento que existe en el sector sociosanitario está en manos privadas. El sector privado está preparado y con camas libres. Claro que hay que depurar muy bien las residencias con unas acreditaciones de calidad y tenemos que estar perfectamente dispuestos a acoger este tipo de progreso. Naturalmente tiene que existir un cambio cultural en el mundo de la sanidad y efectivamente el sector privado tiene mucho que decir ahí.
¿También en el terreno de los seguros de salud?
Por supuesto. Nosotros somos partidarios de la combinación de seguros públicos y privados. Creemos que uno de los sistemas buenos que existe es Muface. ¡Si al Estado le sale más barata la gente que se asegura con Muface que los que están en la seguridad social! Una buena solución es que el Estado tenga la titularidad, que controle, financie, garantice la equidad, pero que la gestión la realicen los que saben, que son las compañías de seguros. Nosotros somos muy partidarios de que exista separación entre la provisión y el aseguramiento, y en la provisión la iniciativa privada debe tomar mucho más partido del que ha tomado hasta ahora. Si en el sector sociosanitario el 70 % es privado, en la sanidad no llega al 30 %, cifra por otro lado nada despreciable si tenemos en cuenta que la gente encima paga. La gestión debería ser totalmente privada y, cuando digo privada, quiero decir que no sea funcionalizada, es decir como aquellas empresas públicas gestionadas con criterios privados.
Segundo tema: las preocupaciones financieras.
Aunque les queden menos años, las personas mayores se preocupan mucho por el dinero. Aunque con la crisis hemos visto que es uno de los colectivos que mejor la ha soportado e incluso han ayudado, también son vulnerables, ya que no se les bajan las pensiones pero les sube el coste de la vida. Además, la cuestión de las pensiones les afecta psicológicamente y piensan que la bajada les va a afectar a ellos, aunque en realidad eso va a afectar a la siguiente generación.
Los planes de pensiones, ¿son la alternativa para la siguiente generación?
Va a llegar el momento en que no se podrán cobrar las pensiones, así de claro. Y si la sostenibilidad del sistema efectivamente está en duda, entonces lo más importante es hacer un sistema viable pensiones. Hay que empezar a pensar que, cuando no hay dinero, o bajas las pensiones o contribuyes más o trabajas más años. No hay más soluciones y, como las tres son malas, siempre habrá detractores sea cual sea la que tomes. Todo eso es deprimente si no cambia, que es difícil. Así que, en primer lugar, los ciudadanos tienen que estar informados y saber cuál va a ser su pensión según lo que están cobrando y empezar a mentalizarse. Además, habrá que seguir bajando los porcentajes del salario que cobraremos de la pensión. Y, claro, habrá que cubrir ese hueco con ahorros porque no hay otra manera de hacerlo. Hay que preocuparse de eso y ser un poco hormiguita.
¿Cómo se puede potenciar ese ahorro?
Para empezar hay que mejorarlo fiscalmente para que la gente tenga más incentivos ante un sistema de ahorro individual, que las empresas hagan planes de pensiones para sus empleados con mejora fiscal en las aportaciones, que a los intereses se aplique una fiscalidad más baja... Y hay que crear fondos de garantía para el caso de insolvencias de las gestoras de los fondos, todo esto tiene que quedar perfectamente cubierto. Y, por supuesto, hay que quitar los límites a las aportaciones. ¡Pero si es bueno para el país que la gente ahorre! Socialmente es importantísimo porque el ahorro repercute directamente en la economía.
Y, finalmente, está la cuestión afectiva
Este es un tema general y muy difícil de resolver. Las familias cada vez son menores. Hay gente que ya no tiene ni hermanos ni va a saber lo que es un cuñado. Por lo general todos estamos protegidos por las redes familiares, pero si estas redes familiares son más tenues existe más soledad y se producen situaciones de abandono real. Encontramos personas muertas en su casa pasados varios días o incluso meses y eso es angustiante, porque evidencia cómo ha vivido esta persona sus últimos meses.