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¿Cambios en la pyme? La importancia de un plan estratégico


Evolucionar, cambiar el rumbo, introducirse en nuevos segmentos de mercado… son muchos los retos que deberían afrontar algunas pequeñas y medianas empresas mientras sobreviven sumergidas en un día a día que no les deja tiempo para replantearse su situación y que a menudo las mantiene a flote pero a la deriva. Planteamos en este monográfico la importancia de la planificación estratégica en estos momentos de grandes cambios y de la globalización en nuestro entorno económico ya que, por un lado obliga a reconsiderar el sentido de cada negocio, mientras que por el otro une las fortalezas comerciales a las oportunidades económicas atractivas para la empresa, señalando el camino a seguir para la consecución de los objetivos marcados.

Desde el Centro de Estudios del Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros (CECAS), y con la colaboración de la consultora Capgemini, se impulsó un proyecto para la implantación de un Plan Estratégico de la Mediación, con diversas opciones que se adaptan a los diferentes tipos de las empresas del sector de la mediación. La iniciativa, presentada a mediados de 2013, tomó forma a lo largo de 2014 con su puesta en marcha en diversas corredurías y quedará consolidada entre 2015 y 2016.

Una cuestión de necesidad

La implementación de un plan estratégico ayuda a definir la actuación de una empresa en un momento determinado en el que se necesita un cambio de rumbo y supone una gran ayuda para los directivos en su toma de decisiones, ya que les lleva a plantearse cuáles son los objetivos principales del nuevo enfoque, a establecer prioridades en el destino de los recursos y a desvelar las oportunidades de la organización.

También les ayuda a enfrentarse a problemas causados por posibles amenazas que se hayan podido prever. En este sentido, recordemos que Domingo Lorente, secretario general del Consejo de los Colegios de Mediadores de España destacaba durante la presentación del Plan Estratégico de la Mediación que “una hoja de ruta detallada hace que se reduzcan los riesgos. Si lo hacemos, nuestras empresas serán más competitivas y mejorarán su posición en el sector”.

Para los directivos, además, es una herramienta que facilita su liderazgo y su actuación ante los cambios, favoreciendo la dirección y coordinación organizacional al unificar esfuerzos y expectativas colectivas. En este sentido, una planificación estratégica facilita también una gestión mas eficiente de los recursos humanos y materiales, lo que supone un mayor rendimiento productivo y mejor calidad de vida para todos los trabajadores. Para Jean Paul Sallenave, autor del libro Gerencia y Planeación estratégica (1991), "la Planificación Estratégica es el proceso por el cual los dirigentes ordenan sus objetivos y sus acciones en el tiempo. No es un dominio de la alta gerencia, sino un proceso de comunicación y de determinación de decisiones en el cual intervienen todos los niveles estratégicos de la empresa".

Implicación de todo el personal

Así pues, el Plan Estratégico ayuda a difundir los objetivos de la empresa entre el personal para facilitar el enfoque de sus actuaciones y afianzar su compromiso, evitando que cada uno vaya por su lado. Asimismo, contribuye a la redefinición y creación de nuevos valores corporativos, que se traducen en trabajo en equipo, calidad en el servicio, desarrollo humano personal y profesional, innovación, creatividad y comunicación. “Es muy importante que toda la estructura esté mentalizada de su implantación, desde el director general de la empresa de mediación hasta el último empleado que acaba de llegar”, remarca José Luis Mañero, presidente del CECAS.

En este sentido, las metodologías participativas son fundamentales para el mantenimiento del enfoque en el futuro y el presente a la vez, ya que al incorporar continuamente nuevas informaciones provenientes del entorno y de los grupos de interés permiten adaptarse con mayor facilidad a los cambios de rumbo inevitables (competencia, tendencias tecnológicas…) o a los que son fruto del esfuerzo creativo de la propia empresa (cultura corporativa, atención al cliente…).

Adaptable a cada negocio

Precisamente, otra de las ventajas de la planificación estratégica es su respuesta a las necesidades particulares de cada negocio y a las inquietudes de cada empresario. Para José Luís Mañero, “si se está conforme con la dimensión actual, con la forma de trabajar y con los hábitos de los empleados seguramente no se necesita un plan. Ahora bien, si se quiere evolucionar, el plan ayuda a cambiar la dinámica, las aptitudes y las habilidades de manera estratégica”.

Claro ejemplo de ello son las distintas razones que han movido a estos dos mediadores a llevarlo a cabo. Por un lado, Josep Ramon Puyol y Silvia Jiménez, socios de Brokers D’Oc (Viella), optaron por esta estrategia para dar un nuevo enfoque a su empresa. “Nos pareció una herramienta muy adecuada para ver qué imagen queremos dar, qué queremos hacer, qué queremos aportar, como nos ven los clientes, analizar la competencia, definirnos…”

Por otro lado, para Xavier Vallvé, director de Vallvé Corredores de seguros (Tarragona), esta metodología permite dar continuidad a las acciones que ya se estaban llevando a cabo de una manera más focalizada en los objetivos. “Encontramos que en el Plan Estratégico existía una orientación a muchas de las ideas que teníamos. Para nosotros, que intentamos innovar un negocio tradicional, es una herramienta que nos está siendo tremendamente útil. Creemos que siempre es bueno evolucionar, y aplicar nuevos enfoques a lo que tradicionalmente pensábamos que ya estaba bien dirigido”.

Qué es un plan estratégico

Un plan estratégico es un programa que marca las directrices y el comportamiento a seguir por una empresa en un tiempo determinado, generalmente a medio plazo ya que tiene en cuenta el entorno cambiante. En este sentido, debe ser cuantitativo: su implementación supone el establecimiento de propósitos y objetivos cuantificables. Ha de ser manifiesto: debe definir las políticas, conductas internas y externas y la relación de acciones o planes básicos. Y, por último, temporal: debe establecer intervalos de tiempo muy concretos. Sobre la planificación estratégica descansan la misión y la visión, describiendo en términos muy amplios en negocio de la compañía y hacia dónde se dirige.

El plan estratégico se compone de varias etapas: el Análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades) para conocer la realidad de la organización; el Diagnóstico, que define las condiciones actuales en las que opera; la Declaración de objetivos estratégicos debidamente cuantificables, medibles y reales; las  Estrategias corporativas para responder a las necesidades del mercado interno y externo y para desempeñarse adecuadamente mediante las piezas y acciones correctas y en los tiempos y condiciones más adecuados; los Planes de actuación que integran los objetivos, las políticas y la secuencia de acciones principales; el Seguimiento para controlar la evolución y evitar sorpresas finales, que puedan difícilmente ser resarcidas; y la Evaluación, para medir los resultados, y ver como estos van cumpliendo los objetivos planteados.

 

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